sábado, 21 de enero de 2012

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Llega un momento en el que tu vida parece que no continúa, que hay algo ahí fuera que la
frena... Parece como si hubiese algo que no dejara continuar tu historia, que hace que tu camino
tome otra dirección o sentido. Sí, quizás sea de las que piensan que el destino está ya escrito, 
que lo blanco es blanco y lo negro, negro. Quizás solo a veces sepa apreciar que también pueden 
haber tonos grises, pero que basta una sonrisa para llenarlos de color. Pero también creo que si 
existen las reglas, es para saltárselas; que si te prohíben algo, es para que le pongas más 
empeño y lo consigas; que si tu camino está 19 km a la derecha, vayas 150 km o 200 si hace 
falta y en la dirección que tú elijas. La vida no se vive pensando paso a paso que hacer... ¿Te va 
a servir de algo premeditarlo todo? La vida se tiene que vivir día a día... No puedes tener claro 
que hacer dentro de cinco minutos, ni a donde vas a ir la semana que viene. ¿Por qué nos 
obsesionamos con que todo marche "bien"? Sabemos que siempre va a pasar algo para que lo 
más perfecto que puedas imaginar se desmorone. ¿Y qué? ¿Vas a dejar que se desmorone? 
Pues haya tú. Si lo has construido poco a poco, y has conseguido lo que querías y quieres, 
puedes volver a conseguir que esté en perfecto estado. Todo en la vida tiene un ritmo, ¿sabes
 cuál es? Yo tampoco. Ni demasiado despacio ni demasiado deprisa. Hay tiempo para todo. Días
 para dormir, y noches para querer.

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